Gracias a la traducción de Ricardo Montiel pude leer este excelente cuento breve de Ciencia Ficcón de Terry Bisson que se burla de la impresión que a veces causa lo diferente. Los invito a leerlo mis amigos cárnicos, ¡es breve! Al final, un bonus.
Están hechos de carne
—Están hechos de carne (*).
—¿Carne?
—Carne. Están hechos de carne.
—¿Carne?
—No hay dudas al respecto. Recogimos a varios de ellos en diferentes partes del planeta, los llevamos a bordo de nuestras naves y los investigamos de lado a lado. Son completamente carne.
—Eso es imposible. ¿Qué hay de las señales de radio y de los mensajes a las estrellas?
—Usan ondas de radio para hablar, pero las señales no salen de ellos. Las señales salen de máquinas.
—¿Pero quién hizo las máquinas? Queremos contactarnos con ellos.
—Ellos hicieron las máquinas. Eso es lo que trato de decirle. La carne hizo las máquinas.
—Eso es ridículo. ¿Cómo puede la carne hacer una máquina? Me pide que crea en carne consciente.
—No se lo pido, se lo digo. Estas criaturas son la única raza consciente en el sector y están hechas de carne.
—Tal vez son como los Orfolei. Ya sabe, una inteligencia basada en el carbono que pasa por una etapa de carne.
—No. Ellos nacen como carne y mueren como carne. Los estudiamos en varias de las etapas de su vida, lo cual no llevó mucho tiempo. ¿Tiene alguna idea de cuál es el período de vida de la carne?
—No quiero saberlo. Está bien, tal vez sólo son en parte carne. Ya sabe, como los Weddilei. Una cabeza de carne con un cerebro de plasma electrónico en su interior.
—No. Pensamos en eso, porque por cierto tienen cabezas de carne, como los Weddilei. Pero ya le dije, los investigamos. Son de carne por todos lados.
—¿No tienen cerebro?
—Sí, claro que tienen cerebro. ¡Sólo que el cerebro está hecho de carne! Eso es lo que estoy tratando de decirle.